Monday 17 October 2011

En la capital de los perro flauta

Traté de hacer auto stop para ir hata Granada en España, pero me habían advertido que es muy difícil en el sur de España, así que cuando empezó a llover, regresé a la estación de bus y tomé uno que me llevó hasta Sevilla, la paila de España. En el bus conocí a una chica holandesa con la cual las 5 horas de viajes se hicieron cortas, hablando de muchas cosas, entre ellas los problemas que afrontaba como trabajadora social en Amsterdam.

Allí en Sevilla, encontré un cuarto super pequeño donde dormir y me fui a pasear por las calles un poco, llegando hasta el centro y recordando una vez más porque España es tan apreciada por su fiesta. Era viernes por la noche y a pesar del ambiente húmedo, la gente se estaba tomando las calles de farra y bullicio. Me tope con un par de vagabundos alemanes que viven en las calles y que piden dinero diciendo que el dinero es para tomar cerveza y jugar y más vagancia. Su lema es que son sinceros, también son bien chistosos y un poco pesados.
Luego de un par de bares de tapas terminé viendo un show de flamenco, que nunca había visto en vivo y me quede atónito por la agilidad tan increíble con que el guitarrista interpretaba el instrumento. No podía controlar mi asombro al ver como de un pedazo de madera y cuerdas podían salir sonidos tan acelerados y llenos de energía. Creo ver a alguien tocar flamenco es algo que no se puede describir plenamente, toca verlo en carne propia.



Flamenco
Al siguiente día muy temprano pille otro bus en dirección a Granada. Había escuchado tanto de Granada en el pasado que no podía dejar de tener grandes expectativas de este lugar. Sabia de la Alhambra, de sus calles hermosas, de su cercanía a la sierra, de su buena comida, de su gran población estudiantil. Sabia que es uno de esos lugares que la gente no puede dejar de suspirar con la mención de su nombre. Afortunadamente encontré lugar donde hospedarme con una chica Australiana de couch surfing. La verdad me sorprendió que me diera lugar para dormir porque estaba muy, pero muy ocupada estudiando para un examen de español avanzado, pero creo le venía bien tener alguien hispano parlante para hablar. Me encontré con Bree en el centro y me llevo a su casa en el corazón de Granada. Allí conocí a sus compañeros de casa, una chica holandesa llamada Dorian, y un chico alemán llamado Jonathan. Entre ellos hablaban español en cámara lenta, lo cual admiraba porque querían aprender y se esforzaban por hacerlo.

Ese día me fui a deambular un poco por Granada, pero el clima no apetecía mucho. Sin embargo podía sentir el gran ambiente que se traspiraba por las calles de la ciudad, con su historia milenaria que se sigue escribiendo día a día. El siguiente día también el clima no ayudó mucho, pero aún así fui con Dorian y Jonathan a escalar debajo de un puente. Era una pared que aficionados a escalar tomaron y ellos mismos con cemento y piedras pusieron sus rutas. Era un poco enredado llegar allí, tocaba caminar un poco a las afueras de la ciudad y allí tocaba cruzar una quebrada, aún así fue muy divertido. Me fui charlando con Jonathan quien a pesar de sus 23 años tenía muchas cosas por contar. Era un super aficionado del auto stop y de formas de vida alternativa debido a su infancia en Alemania del este. Me contó que el verano anterior se había ido hasta Siria con su novia en auto stop y regresó en auto stop también. Me contó que en Alemania buscaba comida en las canecas de los supermercados (como los alemanes de la granja) para hacer un reciclaje. Vivió los últimos 6 meses antes de venir a España gastando 2 euros al día! Ejemplos así son muy inspiradores donde nos recuerdan que no hace falta mucho dinero para vivir tranquilo y de forma saludable y divertida.


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Jonathan cruzando la quebrada

Dorian escalando para no cruzar la quebrada
Esa noche era la noche de las brujas y yo tenía ganas de fiesta. Mis huéspedes estaban muy ocupados con sus exámenes pero me las arreglé para salir con un montón de italianos de Erasmus que estaban por un año en Granada. Ellos estaban invitados a una fiesta un poco extraña que encontraron con un panfleto en la calle. Así pues nos dispusimos a ir a la tan dichosa fiesta. Tocaba caminar bastante pero prometía mucho, porque era en una de las cuevas que están al lado de la ciudad. Luego de estar perdidos un poco llegamos a la fiesta y allí la pasamos muy bien, pintándonos la cara, bailando y riendo, además pude cumplir mi objetivo de pasar una noche en una de las cuevas de Granada.




spoon killer


Como era fiesta española, continuo toda la noche, nosotros nos fuimos eso de las 5 para pillar algo de comer y como yo no tenía a donde ir, me dispuse a hacer fila para comprar tiquetes para la Alhambra. Eran las 6 y media y ya había una fila bastante larga, y aún faltaba buen rato para que saliera el sol. Yo me estaba cayendo del sueño, pero conseguí una entrada para la tarde, regresé a casa a una hora más decente y allí dormí hasta la 1 donde me levante otra vez para visitar esta grandiosa construcción.

Realmente no tengo palabras para describir la Alhambra, mucha veces había escuchado lo increíble que era, y si que lo es, todas las descripciones se quedan cortas. Construida por los moros como fortaleza y palacio, es una construcción bastante compleja que demuestra el esplendor de la arquitectura islámica. Todo allí fue hecho a un detalle inverosímil, sus fuentes, sus grabados en las paredes esculpidos a la más fina porción, sus columnas, sus grandes vistas, sus mismos cuarteles y sistemas de irrigación. No hay forma de describir tan majestuosa edificación.
Se podía sentir de forma vivida la importancia que tuvo este lugar en las grandes épocas de la reconquista de la península ibérica cuando expulsaron a los árabes.
Según dice la leyenda, el último sultán de la Alhambra decidió rendirse al ver que no podía ganar la batalla en contra de las fuerzas castellanas porque no soportaría ver esta fortaleza destruida ante sus ojos. En su retirada el sultán se detuvo en un lugar llamado “el suspiro del moro” y allí derramó lágrimas al ver el reinado que dejaba atrás. Su madre le reprochó de forma agria: "llora como mujer lo que no supiste defender como hombre"
















Esa noche me encontré con Dorian y Bree para dar una vuelta por el pintoresco y lleno de graffities barrio de Albaicin. Allí por primera vez pude ver la Sierra que había estado cubierta por nubes los días anteriores, fue un atardecer muy placentero, escuchando las historias de Bree cuando vivía en este barrio, y viendo todos los secretos de este lugar que ella nos revelaba al caminar. Uno de ellos, un graffiti que estaba hecho en los peldaños de unas escaleras bien largas y solo se podía ver desde un ángulo específico.




Con Dorian y Bree
Esa noche terminé rendido del sueño para al siguiente día salir a caminar un poco por los alrededores de Granada, ya con sol, para disfrutar del ambiente de la ciudad un poco más. Fui otra vez a la zona de las cuevas, y de allí a los barrios antiguos llenos de personalidad. También fui a escalar bajo el puente y esa tarde le pegue una visita a una ocupa (lugar sin habitantes invadido por la gente) llamada “15 gatos” que estaba bien establecida y allí hacían gran cantidad de artes de circo. Definitivamente Granada es la capital de los perro flautas de España.

Esa era mi última noche y la pase hablando con Dorian, donde me contó que vivió 5 años en una carpa en Holanda, porque no tenía dinero para pagar la renta. Lo hizo en todas las estaciones y me contó que por ello aprendió que muchas veces el clima es mucho menos severo de lo que uno cree cuando esta en casa. Yo estoy completamente de acuerdo con ello, creo en general nos hacemos de miedos a los desconocido y a lo duro que pueden ser las cosas en el exterior y nos quedamos en nuestra zona de confort, pero si nos arriesgamos a salir un poco, nos daremos cuenta que la realidad es mucho más simple de lo que nos imaginamos.









mi cama
Esa fue mi última noche en Granada y me alegre mucho de haber venido hasta allí. Estaba un poco lejos de donde yo estaba en Portugal, además que tendría que regresar allí en un par de días, pero valió la pena completamente.

El día siguiente me despedí de mis huéspedes con los cuales me llevé muy bien, y tome un bus a un pueblo llamado Santa Fe a una hora de Granada. La idea de ir allí me la dieron Hanni y Patrizia. Me contaron de unas aguas termales que asemejaban un lugar paradisíaco aún sin ser manchado por el turismo en masa. Fue un poco complicado llegar allí porque el lugar era a las afueras del pueblo y la caminata fue un poco dura con el sol del medio día. Pero una vez allí pude sentir una energía muy extraña que emanaba de este lugar. Estaba lleno de perro flautas y gente alternativa, algunos de ellos vivían allí. Conocí a una mujer llamada Sophie, francesa que armó una medio fortaleza allí a punta de trapos y ramas de árboles. Fue muy amable y me dio consejos de donde poner la carpa y de que cosas cuidarme por allí. Este lugar al ser tierra de nadie soportaba las colonizaciones absurdas de gente codiciosa. El lugar estaba destinado para ser un hotel de lujo, pero con la crisis de España la construcción se detuvo y las tierras estaban en pleitos legales.
Luego de varios baños en las aguas termales junto con las criaturas tan extrañas que los visitaban, cayó la noche y me puse a hablar con Sophie bajo un cielo estrellado y un viento cortante. Ella me contó cosas muy raras que no dudo que sean verdad, el humo, el fuego, las sombras las estrellas, todo esto se puso en conjunción para hacerme tener una de las noches mas bizarras de toda mi vida. Este lugar estaba cargado de mucha energía y aún hoy puedo recordar como Sophie me decía que allí ella solo tenía que esperar que las cosas vinieran, porque le llegaban a sus manos cuando menos lo pensaba. Me da un poco de nostalgia pensar que el progreso pondrá muros de contención en este lugar tan particular, destruyendo su magia única.


Unica foto que tengo de Sophie




Aguas termales


Al siguiente día luego de un par de baños en las aguas termales tomé rumbo de regreso a Portugal otra vez. Un par de chicos franceses me llevaron hasta Granada y allí tome un bus de vuelta a Sevilla y otro bus de vuelta a Faro. Fue un desvío bien largo ir hasta Granada pero valió la pena muchísimo y me pude por fin sacar la espina de no haber podido visitar este lugar tan especial.

En Portugal pase una noche y de allí tuve un día un poco largo mientras me dirigía hasta Francia. Allí en París hice malabares para llegar lo más pronto posible hasta Blois, la ciudad donde Karen, una amiga muy querida me estaba esperando, junto con su esposo Thierry y su pequeñín Thiago.
Esta era una visita que había prometido, y como era promesa la tenía que cumplir.
Allí en Blois nos la pasamos riendo, echando chismes y conociendo un poco el lugar. También disfrutando de la deliciosa comida francesa que Thierry preparaba con su buen estilo de chef francés.
Una cosa que me causo curiosidad fue encontrar señales para el camino de Santiago, ya que estaba a más de 1300 km de distancia.Entre otras cosas curiosas aprendí que Blois era el lugar de origen del mago Houdini y también medio visitamos la casa de Leonardo Da Vinci decorada por los colores del otoño.

Protestas en Francia, el deporte nacional



Señal del camino de Santiago, a 1300 km





Karen y Thiago
Luego de un par de días gozando con buenos amigos, deje el lugar para ir hasta París, esta vez para encontrarme otra vez con Genevieve, y su muy querida amiga Aurelie. Allí luego de una cena super hospitalaria en la casa de Genevieve, su madre me dio una vuelta en carro para ver las luces de París, al siguiente día me encontré con Aurelie y hablamos muchísimo. Ella tenía la franqueza y el corazón que solo una persona que ha estado en frente de la muerte puede tener. Fue muy lindo poder compartir con ellas dos y esa noche fui invitado a una cena también muy placentera al estilo francés, con pato de sabores deliciosos y muy buena compañía. Me preguntaba cual será la razón que dicen que los parisinos no son amigables si yo solo tenía pruebas de lo contrario.




Aurelie, de corazón puro

Muy temprano al tercer día dejé la casa de Genevieve y tome el tren que me llevó de regreso hasta Londres. Mi Londres querida donde una vez más me sentía como en casa.

Allí en Londres pase una semana, sobretodo viendo amigos, escalando, aprovechando una que otra de las miles de cosas que hay por hacer en esta ciudad magnifica. Pasó muy rápido esta semana y en menos de nada tome otro vuelo, esta vez intercontinental que me llevó hasta mi verdadero hogar.


Malu y Siobhan

The castle, lugar de escalada

Daniel

Uno de mis edificios favoritos en Londres


Tanya



La gloriosa cerveza de trigo
Colombia, mi tierra querida, que forjó mi forma de ser, me dio un idioma, una cultura y me vio crecer en medio de sus problemas que nunca terminan y solo evolucionan de forma inesperada. Esta vez iba con más tiempo por lo cual decidí conocer un poco más esta tierra tan linda que llevo siempre en mi mente. Pero eso, es tema de la siguiente entrada.

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